Guía 2021 para la prevención del accidente cerebrovascular en pacientes con accidente cerebrovascular y ataque isquémico transitorio

Tiempo de lectura: 6 minutos

Guía de la American Heart Association/American Stroke Association

Cada año, ≈795 000 personas en los Estados Unidos sufren un accidente cerebrovascular, de los cuales el 87% (690 000) son isquémicos y 185 000 son recurrentes; unas 240 000 personas pueden sufrir ataques isquémicos transitorios (AIT) cada año. El riesgo de accidente cerebrovascular recurrente o AIT es alto, pero se puede mitigar con la prevención secundaria adecuada del accidente cerebrovascular. De hecho, los estudios de cohortes han mostrado una reducción en las tasas de AIT y de accidentes cerebrovasculares recurrentes en los últimos años, a medida que las estrategias de prevención secundaria de accidentes cerebrovasculares han mejorado. Un metanálisis de ensayos controlados aleatorizados (ECA) de terapias secundarias de prevención de accidentes cerebrovasculares publicados entre 1960 y 2009 mostró una reducción en la recurrencia anual de accidentes cerebrovasculares del 8,7 % en la década de 1960 al 5,0 % en la década de 2000, con la reducción impulsada en gran medida por la mejora de la tensión arterial (TA) y el uso de la terapia antiplaquetaria. Los cambios pueden haber sido influenciados por variaciones en los criterios de diagnóstico y las distintas sensibilidades de las pruebas de diagnóstico a lo largo de los años.

La gran mayoría de los accidentes cerebrovasculares se pueden prevenir mediante el control de la presión arterial, dieta saludable, actividad física regular y dejar de fumar. De hecho, 5 factores (TA, dieta, inactividad física, tabaquismo y obesidad abdominal) representaron el 82 % y el 90 % del riesgo atribuible poblacional de accidente cerebrovascular isquémico y hemorrágico en el estudio INTERSTROKE (Efectos globales y regionales de factores de riesgo modificables asociados con el accidente cerebrovascular agudo), que se llevó a cabo en 32 países. De manera similar, el estudio de la carga global de morbilidad mostró que 90,5 % (intervalo de incertidumbre del 95 %, 88,5–92,2) de la carga mundial de accidente cerebrovascular era atribuible a factores de riesgo modificables. Un estudio de modelado mostró que enfocarse en múltiples factores de riesgo tiene beneficios adicionales para la prevención secundaria; específicamente, el ácido acetilsalicílico, las estatinas y los medicamentos antihipertensivos, combinados con la modificación de la dieta y el ejercicio, pueden resultar en la reducción acumulada del 80 % del riesgo de eventos vasculares recurrentes. Aunque los beneficios de un estilo de vida saludable y el control de los factores de riesgo vascular están bien documentados, los factores de riesgo siguen estando mal controlados entre los supervivientes de un accidente cerebrovascular.

Conceptos generales

– Accidente cerebrovascular lacunar: síndrome lacunar, con tomografía computadorizada (TC)/resonancia magnética (RM) normales o accidente cerebrovascular subcortical que mide <1,5 cm de diámetro en la TC o la RM. La mayoría, de los accidentes cerebrovasculares lacunares se deben a la enfermedad de los vasos pequeños.

– Accidente cerebrovascular atribuible a enfermedad de vasos pequeños: accidente cerebrovascular subcortical que mide <1,5 cm de diámetro en la TC o la RM, sin evidencia de infarto cortical concomitante.

– Accidente cerebrovascular cardioembólico: accidente cerebrovascular atribuible a la oclusión arterial por un émbolo que presumiblemente surgió en el corazón. Los hallazgos clínicos y de imagen cerebral son similares a los descritos en la aterosclerosis de grandes arterias. La evidencia de un AIT previo o accidente cerebrovascular en > 1 territorio vascular apoya el diagnóstico clínico de accidente cerebrovascular cardioembólico.

– Accidente cerebrovascular criptogénico: accidente cerebrovascular confirmado por imágenes con origen desconocido a pesar de una evaluación diagnóstica exhaustiva (que incluye, como mínimo, imágenes arteriales, ecocardiografía, monitoreo prolongado del ritmo y estudios de laboratorio clave, como el perfil de lípidos y hemoglobina A1c [HbA1c]).

– Accidente cerebrovascular causado por aterosclerosis de grandes arterias: accidente cerebrovascular isquémico en la distribución vascular de una arteria intracraneal o extracraneal importante con estenosis u oclusión >50 % en las imágenes vasculares. Los hallazgos clínicos incluyen los de afectación cortical cerebral o disfunción del tronco encefálico o cerebeloso. Las lesiones corticales y cerebelosas y las lesiones del tronco encefálico o subcorticales >1,5 cm se consideran potencialmente causadas por aterosclerosis de grandes arterias. Los estudios de diagnóstico deben excluir fuentes potenciales de embolia cardioembólica.

– ESUS: un accidente cerebrovascular que parece no lacunar en las neuroimágenes sin fuente obvia luego de la evaluación estándar mínima (que incluye imágenes arteriales, ecocardiografía, monitorización extendida del ritmo y estudios de laboratorio clave como un perfil de lípidos y HbA1c) para descartar etiologías conocidas de accidentes cerebrovasculares como cardioembólico y aterosclerosis proximal al ictus.

– Un diagnóstico de ESUS implica que el accidente cerebrovascular es de origen embólico, dada la ubicación no lagunar; sin embargo, se desconoce el origen del émbolo, a pesar de una evaluación estándar mínima. Aunque el accidente cerebrovascular criptogénico implica de manera similar que se desconoce la causa del origen, el accidente cerebrovascular no es necesariamente embólico. Las personas con ESUS tienen un accidente cerebrovascular criptogénico, pero no siempre ocurre lo contrario

– Toma de decisiones compartida. La toma de decisiones compartida es un componente clave de la atención centrada en el paciente. Es un proceso en el que los médicos describen opciones, brindan información acerca de los riesgos y beneficios, ayudan a los pacientes a evaluar esas opciones en función de sus objetivos e inquietudes personales, y facilitan la deliberación y la toma de decisiones. Aunque este documento brinda orientación en base a revisión de la literatura, es esencial que los médicos desarrollen planes de atención en colaboración con los pacientes, incorporando los deseos, objetivos e inquietudes de los pacientes.

– Contraindicaciones. El tratamiento siempre debe adaptarse a las situaciones individuales de los pacientes. Por lo tanto, como regla, no incluimos la declaración “a menos que esté contraindicado” en las recomendaciones. Está implícito que, si una recomendación está contraindicada en las circunstancias de un paciente, no debe implementarse.

– Adherencia. Un componente clave de la prevención secundaria de accidentes cerebrovasculares es evaluar y abordar las barreras para la adherencia a los medicamentos y un estilo de vida saludable. Si un paciente tiene un accidente cerebrovascular recurrente mientras toma medicamentos para la prevención secundaria de accidentes cerebrovasculares, es vital evaluar si estaba tomando los medicamentos que le recetaron y, si es posible, explorar y abordar los factores que contribuyeron a la falta de cumplimiento antes de asumir que los medicamentos no fueron efectivos.

– Dosificación antitrombótica. A menos que se indique lo contrario en las recomendaciones del presente documento, el objetivo del índice internacional normalizado (INR) para la warfarina es de 2,0 a 3,0 y la dosis de ácido acetilsalicílico es de 81 a 325 mg.

– Aplicación a través de poblaciones. A menos que se indique lo contrario, las recomendaciones de esta guía aplican para todos los grupos de raza/etnicidad, sexo y edad.

Evaluación diagnóstica para la prevención secundaria del ACV

Los pacientes que presenten signos y síntomas de accidente cerebrovascular agudo se someterán a una evaluación adaptada para garantizar que, cuando corresponda, reciban terapia de reperfusión. Las recomendaciones de imágenes basadas en consideraciones de tratamiento agudo se superponen con las recomendaciones de imágenes basadas en consideraciones de prevención secundaria de accidentes cerebrovasculares, pero no son idénticas a ellas. Las recomendaciones presentadas en esta guía se centran en las evaluaciones realizadas con el fin de confirmar el diagnóstico de accidente cerebrovascular y caracterizar su mecanismo patológico mediante la identificación de fuentes potenciales de cardioembolismo, tromboembolismo por aterosclerosis de grandes arterias, disección u otros procesos patológicos como la hipercoagulabilidad.

La confirmación del diagnóstico de apoplejía puede requerir seguimiento con imágenes de la cabeza, debido a la poca sensibilidad de la TC sin contraste para infartos pequeños o hiperagudos. Algunas condiciones asociadas con accidente cerebrovascular y con terapias específicas son comunes (p. ej., FA), mientras que otras son relativamente raras (p. ej., endocarditis). El rendimiento variable de las pruebas significa que los médicos tratantes deben ejercer su juicio sobre la probabilidad de que una prueba altere el manejo en una situación clínica dada.

Hay varias condiciones clínicas asociadas con el accidente cerebrovascular isquémico para las cuales la evidencia de los ensayos sería útil para guiar la terapia:

-Para prevenir mejor la cardioembolia, sería útil contar con ensayos que aclaren la duración óptima de la monitorización del ritmo cardíaco, determinen la importancia clínica de los episodios breves de FA y definan el papel preciso de la TC/RM cardíaca y la detección de microémbolos con TCD.

– En cuanto a la enfermedad de las grandes arterias, se sabe mucho acerca de la estenosis aterosclerótica, pero se sabe mucho menos de la importancia de detectar microémbolos con TCD o identificar las características de la placa inestable, como la hemorragia intraplaca.

– También se necesita más investigación para aclarar la importancia clínica de la detección de afecciones no ateroscleróticas, incluida la disección carotídea, la displasia fibromuscular y las membranas carotídeas. Otras causas poco comunes de accidente cerebrovascular, como la vasculitis del SNC y el síndrome de Susac, sufren la falta de ensayos clínicos bien diseñados para guiar las terapias.

Referencia:

  1. Kleindorfer DO, Towfighi A, Chaturvedi S, Cockroft KM, Gutierrez J, Lombardi-Hill D, Kamel H, Kernan WN, Kittner SJ, Leira EC, Lennon O, Meschia JF, Nguyen TN, Pollak PM, Santangeli P, Sharrief AZ, Smith SC Jr, Turan TN, Williams LS. 2021 Guideline for the Prevention of Stroke in Patients With Stroke and Transient Ischemic Attack: A Guideline From the American Heart Association/American Stroke Association. Stroke. 2021 Jul;52(7):e364-e467. doi: 10.1161/STR.0000000000000375. Epub 2021 May 24. Erratum in: Stroke. 2021 Jul;52(7):e483-e484. PMID: 34024117.
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