Vitamina D y COVID

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La vitamina D se reconoce con mayor frecuencia por su papel en la salud ósea, pero un estado bajo de vitamina D se ha asociado con una variedad de enfermedades autoinmunes, cardiovasculares e infecciosas debido a su papel como mediador inmunológico esencial. La evidencia experimental que evalúa el impacto de la vitamina D en las respuestas inmunológicas ha demostrado efectos inhibidores en la producción de citocinas proinflamatorias, incluidas TNF-alfa e IL-6, mediante varios mecanismos, incluida la regulación negativa de la activación de NFkB inducida por virus.1

La deficiencia de vitamina D es un problema de salud mundial y se ha establecido su alta prevalencia en el Medio Oriente. Los factores de riesgo epidemiológicos para la deficiencia de vitamina D incluyen una mayor pigmentación de la piel, baja exposición al sol, uso de ropa que cubra la piel y una dieta baja en pescado y productos lácteos. Los estudios han demostrado previamente que los hábitos sociales en grupos étnicos específicos y la preferencia por usar ropa larga al aire libre son factores de riesgo independientes para la deficiencia de vitamina D, particularmente entre las mujeres. De acuerdo con los datos de laboratorio, los estudios clínicos han establecido una asociación entre los niveles bajos de 25-hidroxivitamina D (25(OH)D) y un mayor riesgo de contraer influenza y virus respiratorios. Los metaanálisis de ensayos controlados aleatorios realizados entre 2007 y 2020 sugieren que la suplementación con vitamina D redujo el riesgo de infección respiratoria aguda en comparación con los placebos.1

COVID-19 es una infección respiratoria aguda causada por el virus SARS-CoV-2, que se teorizó que surgió en China en diciembre de 2019, que se convirtió rápidamente en una pandemia mundial. Los factores asociados con pronósticos más pobres de COVID-19 incluyen la ubicación geográfica en los países del norte, la edad avanzada, la pigmentación de la piel más oscura, la etnia BAME (grupos étnicos negros y minoritarios), el sexo masculino, la obesidad y el historial de afecciones preexistentes como diabetes e hipertensión; estos factores de riesgo también están asociados de forma independiente con la deficiencia de vitamina D.1

Al igual que con otras infecciones respiratorias, está surgiendo un vínculo entre la deficiencia de vitamina D y la infección por COVID-19. Los niveles bajos de 25(OH)D en suero entre los pacientes hospitalizados con COVID-19 también se han relacionado con una mayor gravedad de la enfermedad y peores resultados clínicos. Además, se ha demostrado que los pacientes hospitalizados con COVID-19 presentan niveles medios y medianos más bajos de 25(OH)D que la población general y los pacientes ambulatorios con COVID-19. Sin embargo, la 25(OH)D sérica a menudo se mide durante la hospitalización por COVID-19. Cuando este es el caso, determinar la dirección y la temporalidad de la asociación entre la enfermedad aguda por COVID-19 y los niveles séricos bajos de 25(OH)D es un desafío. En otras palabras, es difícil determinar un efecto causal definitivo del estado inicial de vitamina D en una presentación clínica durante la infección activa por COVID-19.1

Sobre la base de estudios que han demostrado una correlación potencial entre el estado bajo de vitamina D y un mayor riesgo de infección por SARS CoV-2 y peores resultados clínico, se realizó un estudio retrospectivo con la finalidad de examinar si, y en qué medida, existe una relación entre el nivel sérico de 25-hidroxivitamina D (25(OH)D) antes de la infección, la gravedad de la enfermedad y la mortalidad por SARS-CoV-2.1

Se obtuvo como resultado que, de 1176 pacientes ingresados, 253 tenían registros de un nivel de 25(OH)D previo a la infección por COVID-19. Un estado más bajo de vitamina D fue más común en pacientes con enfermedad grave o crítica (<20 ng/mL [87,4%]) que en individuos con enfermedad leve o moderada (<20 ng/mL [34,3%] p<0,001). Los pacientes con deficiencia de vitamina D (<20 ng/mL) tenían 14 veces más probabilidades de tener una enfermedad grave o crítica que los pacientes con 25(OH)D40 ng/ml (odds ratio [OR], 14; intervalo de confianza [IC] del 95 %, 4 a 51; p<0,001).1

Por lo tanto, se pudo concluir que entre los pacientes hospitalizados con COVID-19, la deficiencia de vitamina D antes de la infección se asoció con una mayor gravedad y mortalidad de la enfermedad.1

Dada la falta de terapias altamente efectivas contra el COVID-19, a excepción quizás de los corticosteroides, es importante mantener la mente abierta a los resultados emergentes de estudios realizados rigurosamente sobre la vitamina D (a pesar de los tamaños de muestra más pequeños y las importantes limitaciones de algunos estudios). Sin embargo, en conjunto con los ensayos clínicos aleatorizados existentes sobre la administración de vitamina D en pacientes hospitalizados con infección respiratoria y enfermedad crítica, los resultados informados pudieran respaldar la administración rutinaria de vitamina D en pacientes hospitalizados con COVID-19 de moderado a grave.2

Referencias:

  1. Dror AA, Morozov N, Daoud A, Namir Y, Yakir O, Shachar Y, Lifshitz M, Segal E, Fisher L, Mizrachi M, Eisenbach N, Rayan D, Gruber M, Bashkin A, Kaykov E, Barhoum M, Edelstein M, Sela E. Pre-infection 25-hydroxyvitamin D3 levels and association with severity of COVID-19 illness. PLoS One. 2022 Feb 3;17(2):e0263069. doi: 10.1371/journal.pone.0263069. PMID: 35113901; PMCID: PMC8812897.
  2. Leaf DE, Ginde AA. Vitamin D3 to Treat COVID-19: Different Disease, Same Answer. JAMA. 2021 Mar 16;325(11):1047-1048. doi: 10.1001/jama.2020.26850. PMID: 33595641; PMCID: PMC8412177.
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