EN MOVIMIENTO CONTRA EL CÁNCER: BENEFICIOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA

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Cada individuo es diferente en términos de las capacidades físicas al momento de realizar ejercicios y en el contexto de enfermos que padecen cáncer las necesidades deben ajustarse en función del tipo, tratamiento, estado funcional (ECOG) y juicio del Médico tratante. Las guías internacionales sugieren que el ejercicio resulta seguro durante el tratamiento antineoplásico y luego del mismo con la intención de la pronta reincorporación a la cotidianidad. (1)  

Se describe dos tipos de actividad física: Aeróbica  requiere empleo de oxígeno mejorando el sistema cardiovascular (por ejemplo correr) . Anaeróbica destinada a mejorar la fuerza y masa muscular (entrenamiento con pesas). En referencia a la intensidad puede ser Moderada que calienta el cuerpo, aumenta la respiración pero aún se consigue hablar mientras se realiza (caminata al aire libre, ciclismo, jardinería, labores domésticas); Vigorosa eleva la frecuencia cardiaca, condiciona sudoración, taquipnea dificultando el habla durante su desempeño (correr, football, montañismo).  (1) 

 

El Gobierno de Reino Unido y la Fundación Mundial de Investigación contra el cáncer (WCRF) establecen que el ejercicio previene el desarrollo del cáncer de colon, endometrio, mama y otras comorbilidades como la obesidad que se relaciona al menos con 13 tipos de neoplasias; de allí que recomiendan 150 minutos de actividad física moderada a la semana (30 minutos 5 veces por semana) ó 75 minutos de ejercicio vigoroso semanal.  Para adultos sugieren la incorporación de ejercicio con peso ó yoga al menos 2 veces a la semana; la actividad física vigorosa disminuye el riesgo de desarrollo de cáncer de mama en mujeres premenopáusicas. (1)  

Dentro de los beneficios del ejercicio para el paciente con cáncer se encuentra 

  1. 1.Reduce la ansiedad 

  1. 2.Mejora la depresión  

  1. 3.Reduce la fatiga  

  1. 4.Mejora la calidad de vida durante y luego del tratamiento  

  1. 5.Previene y/o mejora el linfedema 

  1. 6.Mejora el estado de desempeño.  

Existe circunstancias de interés donde debe evitarse cierto ejercicios como corresponde al compromiso óseo extenso con riesgo de fractura, allí se sugiere la natación de bajo impacto, ejercicios supervisados en agua ó  yoga; en caso de inmunosupresión debe evitarse la asistencia a gimnasios públicos; cuando existe neuropatía periférica se recomienda bicicleta estática; cada circunstancia clínica debe individualizarse. (1) 

La guía ESPEN correspondiente a la Sociedad Europea de Nutrición y Metabolismo publicada en el 2021 recomienda mantener o incrementar la actividad física en pacientes oncológicos para preservar la masa muscular, función física y el patrón metabólico (nivel de recomendación B4-1). La actividad física resulta bien tolerada y segura en diferentes estadios de la neoplasia, inclusive pacientes con enfermedad avanzada pudiesen ser candidatos para incorporar rutinas de entrenamiento supervisado domiciliario de intensidad moderada con capacidad aeróbica  que eleve entre un 50 a 75% de la frecuencia cardiaca basal en 3 sesiones semanales de 10 a 60 minutos cada una; otra de las intervenciones físicas sugeridas consiste en motivar al enfermo a caminatas diarias para reducir el riesgo de atrofia asociado a la inactividad. (2)   

En general el paciente oncológico reporta bajos niveles de actividad física que en conjunto con el tratamiento conlleva a efectos deletéreos sobre la masa muscular; una revisión sistemática del 2013 concluye que tanto la actividad aeróbica como los ejercicios de resistencia mejoran la fuerza muscular del tren superior e inferior de mejor manera que el cuidado estándar, inclusive sugiere que el ejercicio de resistencia es preferible al aeróbico en términos de ganancia de masa muscular.(3) 

Descritas las bondades del ejercicio mencionaremos una categoría considerada como alternativa que incluye actividad física representada en el Yoga; en esta modalidad se trabaja con la respiración (pranayama), se acondiciona el cuerpo en términos de fuerza y flexibilidad a través de una serie de posturas (asanas) y se incluye la meditación como herramienta para la relajación profunda, de esta manera se estimula el sistema nervioso . Existe alrededor de 80 posturas principales que pueden ejecutarse de pie, sentado o en supino, los estilos de yoga incluye Hatha, Iyengar y Ashtanga; el paciente oncológico obtiene de esta disciplina disminución de síntomas como el dolor, fatiga, depresión, alivio del insomnio inclusive favorece la recuperación en el post operatorio (4) 

La mejora de la calidad de vida del paciente oncológico representa una de las metas de su tratamiento, de allí que la incorporación paulatina de la actividad física como herramienta y estilo de vida constituye parte de la aproximación terapéutica; así que este 2022 a movernos contra el cáncer. 

REFERENCIAS.  

  1. https://www.cancerresearchuk.org/. CANCER RESEARCH UK. Exercise guidelines for cancer patients. Dic 2019 
  1. Maurizio Muscaritoli , Jann Arends,Patrick Bachmann, Vickie Baracos, Nicole Barthelemy, Hartmut Bertz. ESPEN practical guideline: Clinical Nutrition in cancer. Clinical Nutrition 40 (2021) 2898 – 2913 
  1. SteneG., Helbostad J, Bastad T, RiphagenI, Kaasa S,Oldervaoll L.Effect of ohysical exercise on muscle mass and strength in cancer patients during teatmenr-a systematic review. Crit Rev Oncol-Hematol 2013:88:573-93.  
  1. Smith KB, Pukall CF. An evidence-based review of yoga as a complementary intervention for patients with cancer. Psycho-Oncology 2009; 18(5): 465-475 
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