Efectos neuromoduladores del etoricoxib en el manejo del dolor: Un enfoque innovador para aliviar al paciente.

Tiempo de lectura: 4 minutos

La IASP Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) define el dolor como una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a daño tisular real o potencial. Esta definición subraya que no solamente se involucra el proceso fisiológico de estimulación de nociceptores, sino que abarca también un componente afectivo importante. Esto es lo que lo hace al dolor un fenómeno tan complejo, personal e intransferible. 1

El dolor es la principal causa de consulta, trayendo consigo una serie de comorbilidades que terminan afectando por completo la calidad de vida. Entre estas comorbilidades se incluyen depresión, trastornos del sueño, inmunosupresión y falta de socialización. El dolor crónico se convierte en una enfermedad “per se”, más que un síntoma. Además, es la principal causa de ausentismo laboral y discapacidad, lo que genera enormes costos secundarios.

Es importante reconocer que no todos los dolores son iguales, de tal manera que tendríamos que distinguir muy claro el síndrome doloroso de cada paciente. El síndrome doloroso somático suele referirse como opresivo o punzante, estar bien localizado y está relacionado con daño a estructuras somáticas, como hueso, músculo, tendón. Se transmite primordialmente por fibras A-delta. El síndrome doloroso visceral suele ser más de tipo cólico o sordo, mal definido en su localización y transmitido por fibras amielínicas tipo C. Se relaciona con daño a vísceras. Ambos síndromes se incluyen en lo que se llama dolor nociceptivo, ya que el daño a las estructuras referidas es real, y el sistema nervioso solo transmite la información sin estar afectado. Por contraparte, el síndrome doloroso neuropático se manifiesta principalmente como ardoroso, quemante o como toque eléctrico. En este caso, el daño está en el sistema somatosensorial, es decir en nervios; ya sean periféricos o centrales. Éste es un dolor no nociceptivo. Es importante distinguir en particular este síndrome ya que el manejo es muy diferente a los demás síndromes. El dolor neuropático suele tender a la cronicidad. También está la coexistencia de síndromes (lumbociatalgia) y habrá que manejar ambas causas del dolor.1

El dolor crónico es una condición médica que afecta profundamente la calidad de vida de los pacientes. Los AINEs han sido ampliamente utilizados en el manejo del dolor debido a su capacidad para inhibir la síntesis de prostaglandinas y reducir la inflamación. Sin embargo, se ha descubierto que algunos AINEs, como el etoricoxib, también tienen propiedades neuromoduladores que pueden influir en la percepción y transmisión del dolor en el sistema nervioso central y periférico.

Etoricoxib es un AINE selectivo de la ciclooxigenasa-2 (COX-2) con una relación de selectividad de COX-1 a COX-2 más alta que los otros AINE selectivos de la COX-2 (por ejemplo, rofecoxib, valdecoxib o celecoxib) y un menor riesgo de Toxicidad gastrointestinal en comparación con los AINE tradicionales. 

Etoricoxib ha sido bien estudiado en pacientes con OA donde mostró una eficacia comparable a los AINE tradicionales y una eficacia significativamente mayor que el placebo. Sin embargo, la mayoría de esos resultados se basaron en ensayos clínicos, que pueden no representar con precisión la práctica clínica diaria caracterizada por poblaciones de pacientes heterogéneas, en las que los pacientes cambian de una terapia a otra sin el lavado de los medicamentos o el brote de la enfermedad. En comparación con los ensayos controlados aleatorios, los estudios observacionales realizados en entornos clínicos de la “vida real” brindan una visión más general. Según la revisión de Huang et al (2018) en pacientes ancianos con OA, el dolor, la función articular, la calidad de vida y la satisfacción con el tratamiento mejoraron significativamente con la administración de etoricoxib. 2

Se han revisado estudios del efecto del etoricoxib incluso en el dolor post operatorio, como el de Attia et al (2017) que demostró que etoricoxib tiene una eficacia analgésica significativa durante el dolor en reposo en comparación con el grupo de control. Estos resultados se asemejaron a los de Rawal et al.  donde evaluaron el efecto de etoricoxib (90 o 120 mg) versus ibuprofeno (1800 mg) sobre el dolor posoperatorio después de un reemplazo de rodilla y concluyeron que etoricoxib (90 y 120 mg) fue significativamente efectivo para reducir el dolor en reposo y también redujo consumo de morfina en comparación con placebo sin efecto significativo sobre el movimiento. También Lierz et al. utilizaron 120 mg de etoricoxib o placebo 1 h antes de la inducción de la anestesia general en cirugía de artroscopia de rodilla y registraron resultados similares, mostrando reducción del dolor en reposo y disminución del consumo de morfina. 3

El uso de etoricoxib en el manejo del dolor ofrece beneficios neuromoduladores adicionales más allá de su acción antiinflamatoria. Estos beneficios incluyen la inhibición de la sensibilización central, la modulación de la respuesta inflamatoria, la alteración de la plasticidad sináptica y la mejora del estado de ánimo. Al aprovechar estas propiedades, el etoricoxib puede proporcionar un alivio más completo y efectivo del dolor crónico. Sin embargo, es importante destacar que el uso de etoricoxib debe ser realizado bajo la supervisión de un médico y siguiendo las pautas clínicas establecidas. Se necesitan más investigaciones para comprender mejor los mecanismos de acción del etoricoxib y su impacto en el manejo del dolor a largo plazo.

Referencias

  • Garcia Andreu, J. Manejo básico del dolor agudo y crónico. Anest. Méx. [online]. 2017, vol.29, suppl.1 [citado 2023-07-17], pp.77-85
  • Huang, W. N., & Tso, T. K. (2018). Etoricoxib improves osteoarthritis pain relief, joint function, and quality of life in the extreme elderly. Bosnian journal of basic medical sciences, 18(1), 87–94. https://doi.org/10.17305/bjbms.2017.2214
  • Attia, J. Z., & Mansour, H. S. (2017). Perioperative Duloxetine and Etoricoxibto improve postoperative pain after lumbar Laminectomy: a randomized, double-blind, controlled study. BMC anesthesiology, 17(1), 162. https://doi.org/10.1186/s12871-017-0450-z
¡Haz clic para calificar esta publicación!