Farmacoeconomía y Biosimilares: Ahorrando en el tratamiento, sin descuidar la calidad

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En un entorno mundial golpeado en muchos sentidos alrededor de una pandemia, los tratamientos de salud se ven afectados de distintas maneras. Redistribución de presupuestos institucionales, reducción de acceso a la atención, limitación de movilidad de pacientes y el impacto de situaciones propias de etapas largas de confinamiento, hacen que hablar sobre Farmacoeconomía tome mayor importancia.

Si bien la Farmacoeconomía como área de estudio fue introducida por Michael Drumond en 1987 a través de su publicación del decálogo de preceptos fundamentales de la Economía de la Salud [1], su crecimiento e importancia ha crecido de manera vertiginosa. Es así, que en palabras del Dr. Diego Rosselli, el sexto precepto de Drumond “Considerar los costos no es necesariamente antiético”, en la actualidad propone ser replanteado como “No considerar costos es necesariamente antiético” [1]. Es que, en economías cambiantes, presupuestos móviles y prioridades institucionales, tomar en cuenta los costos de una terapia y su efectividad es hoy en día parte integral de un tratamiento.

Biosimilares, un nuevo panorama económico en el tratamiento

Los medicamentos biosimilares presentan un avance terapéutico y tecnológico en favor del pagador (estado, seguros privados o bolsillo del paciente), del paciente (desde el punto de vista científico) y del médico especialista, esto debido a que las empresas productoras de medicamentos biosimilares (en muchos casos de biológicos innovadores también) han empleado el conocimiento y desarrollo previo para mejorar y acelerar su disponibilidad sin desmerecer en calidad y eficacia, así como reducir costos para dinamizar el mercado, contribuyendo a la sostenibilidad presupuestal estatal o institucional y mejorando el acceso al tratamiento [2].

En cuanto a su fabricación y aceptación por distintos entes regulatorios no profundizaremos, ya que lo hemos tratado previamente (Lea nuestro artículo “Medicamentos Biosimilares, una nueva alternativa de tratamiento en biológicos” en https://vertismed.ec/medicamentos-biosimilares-una-nueva-alternativa-de-tratamiento-en-biologicos-2?nid=118); por lo que este artículo tratará como los biosimilares  benefician al presupuesto sin restar calidad.

La tendencia mundial en el uso desde su ingreso es creciente, avalada por la experiencia de más 700 millones de pacientes y la participación en algunos mercados de hasta el 79% (UK, infliximab) [2]. Estos datos, también se ven reflejados y respaldados por estudios de costo efectividad positivos para el uso de biosimilares en enfermedades como Artritis Reumatoidea (AR) y Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), aportando beneficios económicos indirectos como una mayor productividad en la fuerza laboral debido a mejora de la calidad de vida (relacionada al beneficio terapéutico) y por ende menores tiempos de ausentismo [2].

La carga presupuestal de los medicamentos de alto costo, dentro de ellos los biológicos, necesita ser evaluada a través de análisis farmacoeconómicos, de seguridad y eficacia, precios referenciales, costos de adquisición, condiciones de administración del medicamento, entre otros, que permitan tener bases sólidas para la toma de decisiones en el sistema de salud [3]. Sin embargo, esta información no solo servirá para los tomadores de decisiones, sino también para el médico tratante y el paciente ya que ampliará el panorama y tiempo de tratamiento con un evidente reducción de costos.

El caso europeo

La llegada de tratamientos biológicos supuso un avance increíble en la medicina, generando desenlaces positivos para los pacientes; no obstante, la tecnología involucrada en el desarrollo de estos nuevos medicamentos generaba un alto costo en el tratamiento. Esta situación puede generar un estrés financiero en los presupuestos de salud, afectando directamente al acceso de un tratamiento efectivo para quienes lo necesitan. Si tomamos en cuenta el ejemplo europeo, observamos que existen casos donde se genera un alto valor de co-pago por parte del paciente, ahondando el problema de acceso a la terapia en pacientes de bajos recursos [4].

Con un panorama así, el ingreso de productos biosimilares estableció una alternativa de menor costo e igual eficacia, que está siendo adoptada por distintos sistemas de salud en beneficio del acceso a más pacientes y del presupuesto. Tal es el caso del estudio NOR-SWITCH [5], financiado por el Ministerio de Salud de Noruega, que confirmó con éxito que no existe una diferencia de seguridad entre el producto de referencia y el biosimilar, así como la posibilidad de migrar pacientes del producto de referencia al biosimilar sin mayor riesgo. De esta manera se logró reducir el impacto presupuestal del tratamiento, con un ahorro entre el 4-27% [6].

Ilustración 1. Cambio de precio promedio por tratamiento al 2016 vs un año antes de la entrada del biosimilar. [6]

Parte del acceso se ve influenciado por el producto interno bruto (PIB) de cada país y ciertos criterios propios a los planteados por las guías. Dando una mirada a las distintas patologías que usan tratamientos biológicos, observamos que el acceso a la terapia biológica es dispar.

Porcentaje de pacientes con AR que usan biológicos

Ilustración 2. Pacientes con AR que usan productos biológicos. [4]

Porcentaje de pacientes con EC que usan biológicos

Ilustración 3. Pacientes con Enfermedad de Crohn que usan biológicos. [4]

Esta disparidad no tiene puntos comunes en todos los casos y es una problemática propia que no solo depende del PIB y a la inversión del país, sino a criterios clínicos que pueden llegan a ser tan particulares como la institución de tratamiento de los pacientes [4].

El mercado de Biosimilares

El mercado de medicamentos biosimilares viene en franco crecimiento y se puede avizorar esta tendencia en el futuro. Al 2019 ya contaba con un mercado mundial de USD 4,5 mil millones y se proyecta alcanzar los USD 23,6 mil millones para 2024, concentrando su desarrollo en el mercado europeo. Esto supondría un impacto en el presupuesto estatal de salud, con ahorros que podrían crecer de USD 40 a 250 mil millones a 2025 en Estados Unidos y ahorros efectivos en Europa de más € 10 mil millones. [7]

Finalizando

El beneficio de acceso al tratamiento e impacto económico para los actores ligados a una enfermedad autoinmune, permitirán que ciertas barreras no médicas carezcan de argumento  en el momento de establecer la posibilidad de un tratamiento biológico, mejorando así la calidad de vida de más pacientes, pero afectando de menor manera el presupuesto del pagador. Es momento de participar de nuevas alternativas terapéuticas para que un mayor volumen de pacientes ecuatorianos tenga acceso a terapias innovadoras seguras, efectivas y de calidad.

Bibliografía

[1] D. Rosselli, «Análisis económico,» de Lectura Crítica, 2012.

[2] H. Kim y otros, «The Future of Biosimilars: Maximizing Benefts Across Inmune-Mediated Inflammatory Diseases,» Drugs, vol. 80, nº 2, pp. 99-113, 2020.

[3] F. Araújo, J. Goncalves y J. Fonseca, «Pharmacoeconomics of Biosimilars: What Is There to Gain from Them?,» Curr Rheumatol Rep, vol. 18, nº 50, pp. 41-50, 2016.

[4] D. Baumgart y otros, «Biological Therapies in Immune-Mediated Inflammatory Diseases: Can Biosimilars Reduce Access Inequities?,» Frontiers in Pharmacology, vol. 10, p. 279, 2019.

[5] K. Jorgesen y otros, «Switching from originator infliximab to biosimilar CT-P13 compared with maintained treatment with originator infliximab (NOR-SWITCH): a 52-week, randomised, double-blind, non-inferiority trial,» The Lancet, 2017.

[6] Quintiles y IMS, «The Impact of Biosimilar Competition in Europe,» 2017.

[7] A. Vulto y otros, «Sustainability of Biosimilars in Europe: A Delphi Panel Consensus with Systematic Literature Review,» Pharmaceuticals, vol. 13, nº 400, 2020.

[8] H. e. a. Kim, «The Future of Biosimilars: Maximizing Benefts Across Inmune-Mediated Inflammatory Diseases,» Drugs, vol. 80, nº 2, pp. 99-113, 2020.

[9] F. G. J. F. J. Araújo, «Pharmacoeconomics of Biosimilars: What Is There to Gain from Them?,» Curr Rheumatol Rep , vol. 18, nº 50, pp. 41-50, 2016.

[10] D. e. a. Baumgart, «Biological Therapies in Immune-Mediated Inflammatory Diseases: Can Biosimilars Reduce Access Inequities?,» Frontiers in Pharmacology, vol. 10, p. 279, 2019.

[11] K. e. a. Jorgesen, «Switching from originator infliximab to biosimilar CT-P13 compared with maintained treatment with originator infliximab (NOR-SWITCH): a 52-week, randomised, double-blind, non-inferiority trial,» The Lancet, 2017.

[12] I. Quintiles, «The Impact of Biosimilar Competition in Europe,» 2017.

[13] A. e. a. Vulto, «Sustainability of Biosimilars in Europe: A Delphi Panel Consensus with Systematic Literature Review,» Pharmaceuticals, vol. 13, nº 400, 2020.

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